¡Vuele alto, querido Señor Porta!

Fueron 40 años de trabajo al servicio de la Educación los que Joaquín Enrique Porta Calderón entregó y desarrolló en la provincia de San Felipe. Primero en el Instituto Abdón Cifuentes y luego en el Liceo Corina Urbina, desde donde solo salió, cuando se acogió a retiro.

El año 2011, ya alejado del ejercicio profesional, Joaquín Porta Calderón, era definido por el otrora alcalde Jaime Amar, como “un importante líder en los cambios profundos que ha experimentado el Liceo de Niñas”.

Y claro, si el líder es aquel que predica con el ejemplo, aquella persona que desarrolla y promueve la empatía, que es asertivo y comprensivo, pero al mismo tiempo, organizado, meticuloso y disciplinado, no cabe dudas de que el Señor Porta era un líder, un tremendo líder.

Cuando hace un par de semanas publicamos la información sobre su delicada enfermedad y pedíamos a la comunidad liceana, esa que integran alumnas y ex alumnas, apoderados y ex apoderados, profesores y ex profesores; asistentes y ex asistentes; las reacciones fueron inmediatas y numerosas, dejando de manifiesto el enorme cariño, respeto y admiración por este querido profesor de Historia y Geografía.

Si es que alguna ex alumna creyó que el Señor Porta era “su padre adoptivo”, lamentamos decirles que en realidad fueron muchísimas las hijas adoptivas que tuvo este profesional de la educación.

Fue profe, tío, amigo, consejero, mentor, compañero y colega. El Señor Porta era como el papá de muchas liceanas, quienes sabían que, así como podía corregir y disciplinar, también era capaz de escuchar y aconsejar.

No es fácil entonces despedirlo. Ese día de agosto de 2011, en medio de las celebraciones por el aniversario de San Felipe, el Señor Porta fue entrevistado a raíz de la obtención de una distinción a la trayectoria educacional y señaló sobre sus 40 años de ejercicio profesional que “creo haber cumplido mi labor”: una frase tan sencilla y llena de humildad para un hombre que hizo mucho más que su labor. Es probable que haya quienes coincidan en la idea de que Joaquín Porta transformó vidas.

Sabemos que donde esté, probablemente en un lugar de privilegio como merecen aquellos seres de bondad,  acompañará no solo a sus seres queridos, sino también a su Liceo de Niñas y a su comunidad educativa.

Hoy, solo nos resta agradecer a un gran amigo, colega y profesor. Y esperar que vuele alto y que siga guiando desde el cielo a quienes tuvimos el privilegio de conocerlo y compartir con él.

Compartimos con ustedes un video elaborado en 2011 por el orientador de nuestro liceo, profesor Óscar García, con motivo del reconocimiento que el entonces Concejo Municipal, le entregó a Joaquín Porta.

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